FACULTAD DE ARTES
ACTA DE SELECCIÓN
Existe un abrazo. Desde allá o desde lo otro, el abrigo de la carne se te pringa como el olor de la putrefacción, y la cercanía de una celebración de la carnación. Ahí, se puede hablar de gesto pictográfico, al cual, asisten mesuradamente los expositores. La carne se presenta, ahí, monstruosamente, pero pavorosamente amorosa. Pues el cuerpo se celebra gracias a la pintura, al dibujo, al escenario corporal del estudiante. Es la condición del agraciado, que bendecido por una gracia le asiste también la posibilidad de poner en obra sus propios acontecimientos. Sin impiedades, sin tormentosas autocomplacencias y referencias ingenuas, es la serenidad de presenciar su corporeidad, sea en la desnudez como acontecimiento, sea a partir de la dislocación en la obra. Donde lo propio se vuelve impropio y se vuelve una donación para el otro. Este salón tiene de afirmación este convencimiento de que el otro esta, en una distancia mesurada.
Existe la línea y el color. Pues la pintura se presiente en cada obra, tanto en el convencimiento del tiempo, tanto en la acción de la transformación del cromatismo y la materia. O bien, en los aconteceres pictóricos que tienen en la mayoría de las obras su manera de presentarse. Por eso exige de nosotros, los docentes, una nueva didáctica que permite una discusión sobre lo pictórico y sobre todo, en alternativas de teorías sobre el color y sobre otros planos de dimensión cromática. La pantalla del televisor es dimensionada hacia una posibilidad pictórica. Ya no es el soporte discursivo de una masmediatización del discurso, y por ende, de un esteticismo de la vida. Por eso los videos no son meros acompañamientos para engrandecer las obras, son parte de una elaborada composición donde intervienen la narración, el contraste, el montaje, el diseño grafico y el comic.
Y por una extraña complacencia sobre la crueldad, el video aborda temas catárticos y críticos sobre las implicaciones de la pantalla en lo cotidiano. Las impresiones retinianas nos remontan a un inconsistente óptico tal cual plantea Benjamín, y por su puesto, en la alteración de la percepción del televidente. El espectador no interactúa pero posibilita una intervención con el cuerpo, pues este se afecta tanto por la alteración de los colores, tanto por la musicalizacion. No obstante, la música sigue siendo un elemento compositivo mas, acompañante pasivo e inalterable de lo espacial. Y ahí, se siente la ausencia del programa de música, no solo en la participación como tal, sino en las posibilidades de encuentro con lo plástico, visual y grafico. Ante la ausencia de los profesionales de la música, es preciso abordar el silencio mesurado de las obras que tienen otra cadencia, ritmicidad, otra forma de entender lo musical. Para esto, es necesario resaltar la línea del dibujo, de la transparencia, del tejido. Y sobre todo, la cromatografía del reflejo que se logra por las diversas intervenciones con la luz.
Impresiones y trazas permiten los encuentros. Vale entonces resaltar aquí la participación de los diseñadores gráficos y los licenciados en artes visuales, que pese a las insistentes mecanismos de amancebamiento, sobreviven a la academia procurando obras mas allá de la tarea académica. Dicho de otro modo, encuentran valedero su programa por que se fractura de la estructura, de la funcionalidad, de la pedagogía. Hacen presencia en la facultad precisamente proponiendo obras que siendo ejercicios experimentales nos ofrecen esperanza. De hecho exigen de los docentes una clara apertura a lo plástico, en tanto, acontecimiento de materialidad y tiempo, sin el cual, es improbable pensar el signo y lo pedagógico.
El espacio aun por explorar esta presente como una posibilidad y experiencia pictórica. Lejos de la funcionalidad y la estructura, lo especial se intenta atravesar con la idea insana de una arquitectura de lo poético, sugestivo y sobre la memoria que siendo ancestral, los ruidos de la ciudad, el cuerpo femenino y su veladura hacen de lo tridimensional, pese a su convencional fundación, algo mas que categorías que aprovechamientos de los espacios. Los objetos precisan de esta necesidad de una arquitectura del instante, pues los estudiantes han logrado cierta intuición en su selección. Y son con ellos que transforman las anécdotas cotidianas en maneras de encontrarse, a la distancia, con el otro.
JHON BENAVIDES- A propósito del salón Facartes
Adrian Montenegro
Lucy Lopez
2 comentarios:
LAS NUEVAS VÍAS DEL ARTE
DE CUANDO EL ARTE EMPEZÓ A GENERAR ASCO
Por: GUSTAVO MONTENEGRO CARDONA
Desde que asistí al lanzamiento de la exposición FACARTES que organiza la Facultad de Artes de la Universidad de Nariño la pregunta sobre el arte, la plasticidad, la estética, y el sentido de la expresión cultural artística me ha perseguido hasta lograr quitarme el sueño. La sensación inicial, debo confesarlo, fue de asco, de repudio, de profunda desazón. Extraño que el arte produzca asco, cuando su misión es la de provocar agrado y placer. Dudoso aquel arte que genera hastío cuando debería llevarnos de la mano por el camino del gusto, del deseo, de la ansiedad que provoca inquietud en los sentidos. Algunos dirán que se está rompiendo el paradigma, y que el nuevo arte, la nueva expresión, obedece a estas formas que dependen del concepto más que de la organización física en la relación del color y el trazo. Entonces ya no hay técnica, pero sí un mar de ideas, que con el precio de la justificación pagan el peaje que limita lo no artístico de aquello que hoy supuestamente sí lo es.
Que alguien me explique, pero ojo, pido explicación, no justificación, ¿en dónde radica el aporte artístico de un hombre que se viste de carne podrida y pasea por el Salón Palatino en busca de actitudes del público como comprensión, caridad y ternura? Qué hay de expresión artística elocuente por sí misma en el repudio que siente el olfato humano por la putrefacción natural de la carne y la sangre. Será entonces que soy un ignorante, un clásico en el gusto figurativo, un ensoñador del manejo de los colores que hacen vibrar los ojos, de las manifestaciones humanas del surrealismo o del impresionismo.
No logro entender cuándo el arte tomó ese camino que está cargado de justificaciones retóricas, de palabras y más palabras, de textos extensos e incomprensibles; cómo llego el arte a ocuparse del vómito del artista como un juego que expone la crítica a los medios masivos de comunicación. Que alguien me explique, por favor, dónde radica la sensación artística en el acto de lanzarse – violentamente – huevos entre unos y otros como reacción ante los contenidos televisivos: en ese sentido nuestro amigo Camilo Romero ya había hecho arte por allá en el año 2002 con su propuesta política de “Tienen Huevo”.
Si todo se justifica, entonces todo es arte, todo es cultura, todo es la nada y en la nada está el todo. Así, con juegos de palabras se trata de justificar la expresión humana, la bajeza de nuestros sentimientos, el deterioro de nuestro arte. Lo siento, pero me niego a creer que ese sea el lugar que merece la expresión de la sensibilidad del ser humano. Por arte entonces podría fácilmente pasar los trazos de mi hijo de tres años, pues ya no hay necesidad de marcos, ni límites; la tarea a medio empezar de Alejandro, con un texto de justificación sobre la manera en que un pequeño construye su sentido de familia podría ser una pieza digna de exponer en el próximo FACARTES.
Las piezas lucen a medio terminar, no tienen gusto, no atraen, se encargan, al contrario de despedir al visitante una vez se entra al salón. Que triste que el arte produzca asco. Asco producen algunas actitudes humanas, por supuesto, pero la misión del artista nace de esa paradoja, la de mostrar la desgracia humana a través de la belleza, desde la lógica de las diversas estéticas, desde la creatividad pura, desde la palabra, el color, la forma, la no forma, el trazo, el dibujo, el retrato, la danza.
De eso, lastimosamente, lo digo con tristeza, no tiene nada el proyecto de FACARTES. Asistir a admirar el arte, para nada, pero para nada, puede significar ir a ver un hombre vomitando, o a oler un traje que hiede, o tratar de descifrar los códigos inaccesibles de ingeniosos retóricos del lápiz y el papel. Ojalá no esté sucediendo lo mismo con el teatro y la música.
(Tomado del Blog Tiro de Camara del Comunicador Social Gustavo Montenegro)
www.eltirodemara.blogspot.com
Felicidades, el comentario del señor Gustavo Montenegro ha tocado las fibras mas sensibles de la facultad de Artes de la Universidad de Nariño.
Es notorio que estamos sufriendo una grave crisis en la academia, ¡santo (ponga deidad tutelar aquí)! las cosas ya no son como antes, la labor del artista ha sido usurpada por un montón de locos que creen que cualquier cosa puesta dentro de "un cubo blanco" es toda una obra de arte.
¿Que nos pasa? ¿Por que en la academia ya no les enseñan la hermosa labor del pintar como los grandes maestros de la historia del arte? ¿Que es lo que se "enseña" en aquella "facultad"? Quizá, y solo como posibilidad, ya no debería haber facultad de arte en la cuidad. Debería cerrarse por completo el programa de Artes Visuales y dejar sin producción cultural a la cuidad (aunque claro, con esos artistas que seria eso de cultura)
Horrible, asco y demás percepciones son ciertas y se ven claramente en esta muestra llamada Salon Facartes, y aun mas el pequeño Alejandro estaría a la par de todos los estudiantes de la academia, (pintaría mucho mejor que muchos de ellos) felicidades por su hijo, tiene todo un artista en su familia.
BASTA DEL SARCASMO... dejemos la prosolalia para "esos" artistas!!!
Gracias por el disgusto, es que realmente se esta “moviendo” algo en la ciudad.
Seriamente, Sr. Gustavo sus palabras son sinceras. Justas sus razones, pocas sus argumentaciones.
Como publico que es usted, y respeto ello 100%, no se encuentra familiarizado con el FENOMENO del arte, llamémoslo contemporáneo por aquella maña que tenemos los seres pensantes de concatenar todo, la ciudad no esta acostumbrada a ese tipo de manifestación, de hecho por juicios como el de usted , aquella acción, que dentro de parámetros mas técnicos de critica, se denomina Performacia, no sean comprendidas... es extraño que esta encuentre dentro de un salón de arte y aun mas extraño, que jurados de otra cuidad le otorguen un premio considerable en moneda y estimulo al hablar de ella con propiedad, hacen que esto no sea gratuito, No es un "porque si" que un joven se vista de carne putrefacta y llene de acciones afectivas el espacio.
La acción de pensar, ¿acaso Sr. Gustavo y todos aquellos que lean esto, el artista no es un pensador que materializa sus ideas? No es fortuito y lo repito, no es fortuito que se hagan ese tipo de manifestaciones visuales. Todo ello obedece a que el arte cambia. Arte Sr. no es solo la pintura bonita que se hace, los bodegones que compramos en la calle por cientos de miles de pesos realizados por una maquina llena de tinta.
Si tomamos que el arte es pensamiento y el pensamiento cambia entonces suena lógico, como su juego de lógica positivista, que el arte cambie (paradigmas... el arte nunca los ha tenido, somos nosotros los que los tenemos)
Color, trazo, paradigmas. Ello puede suceder gracias a la ignorancia, no es insulto ¿acaso alguien en el mundo lo sabe todo?, mejor aun, las entidades publicas estarían prestas no a “criticar” sino a estimular, a la formación concienzuda de publico capaz de captar a grandes rasgos, aunque sea, el arte… ¿por cierto que es el arte?
Ahora les reboto la pregunta a las personas que lean esto. ¿Cuál es la labor de las entidades públicas con el arte?
No es cuestión de deprimirse con lo que pasa, es cuestión de buscar alternativas para la mejora de la situación.
Una ultima reflexión… ¿Alejandro le imprime sentido y piensa cuando realiza una obra de “arte”? o solo hace un “porque si”.
(la mala construccion del texto, la incoherencia del mismo y el uso pesimo de signos hace que esto sea toda una obra de arte) existe justificacion satirica, pero la hay!
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